Es cierto, el fallecido Cardenal Silva Henríquez, clamo pidiendo que matáramos el odio, antes que el odio matara a Chile. Pero el odio no nace por si, ni es obra del viento. El odio es fruto de la injusticia; Y Chile es un país injusto.
Los responsables de los hechos ocurridos este 11 de septiembre, tiene nombre y apellido; Son los señores políticos que han gobernado para si y para las grandes corporaciones internacionales.
Son las autoridades que gobiernan mal y los más pobres pagan el precio de sus malas decisiones; Un ejemplo el Transantiago.
Lamento y repudio (como lo han hecho todos los sectores) la muerte del carabinero baleado en Pudahuel. Nada justifica esa muerte ni otra. Pero carabineros desde hace años viene sembrando vientos; ahora que no se queje si cosecha tempestades.
Seamos franco; Carabineros de Chile no es la copia feliz de un trabajo al servicio de los más pobres. Es una policía clasista donde persigue y trata muy mal a los detenidos de estratos sociales marginales.
Es una policía corrupta; veamos que hacen con los vendedores ambulantes. Como tratan a los travesti y la gente de la diversidad sexual.
Concurrir a un cuartel policial para hacer un denuncio es exponerse a un mal trato abierto en la atención, con una prepotencia que da cuenta de una policía militarizada.
Lamento la muerte del Carabinero de Lebú asesinado en Pudahuel, pero ello es fruto de la marginalidad, pobreza, injusticia, sueldos bajos, y otras expresiones de explotación en que viven grandes sectores de nuestra sociedad.
Como bien proclama
Usted con la mano en el corazón puede decir que Chile es un país justo; Yo respondo que no.
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